"La "Gacetilla", encargo propio del Festival Pórtico de Zamora, ha dado como resultado una memorable puesta en escena y un apasionante periplo de reconstrucción."
La "
Gacetilla", encargo propio del
Festival Pórtico de Zamora, ha dado como resultado una memorable puesta en escena y un apasionante periplo de reconstrucción. Valoramos el proyecto como un trabajo excepcional por varias razones.
En primer lugar en cuanto concierto encarnado en su marco histórico-cultural, en su patria chica; que si ya son dignos de mención esos eventos que recogen obras y autores "
propios", aquí hay algo más: se han entrelazado materiales diversos, en buena medida "
propios", es decir, zamoranos, para un concierto no de ocasión, aunque sea oportuna, sino absolutamente individualizado al marco concreto del
Festival Pórtico de Zamora.
En segundo lugar en cuanto concierto nacido de una propuesta intelectual peculiar, paradójicamente unívoca en donde se aúnan (bravo) vectores contrastantes: literario / musical, lúdico /pedagógico, ficción / historicidad.
En tercer lugar en cuanto concierto dirigido a revalorizar, si es que no a descubrir, la vida musical de ese barroco hispano prolongado en el tiempo; más vitalista de lo que la referencia comparativa a la Europa contemporánea nos hacía valorar. Con el pretexto de la "
Gacetilla" emerge la vida musical de una España en declive histórico, donde la grandeza cultural (el repertorio catedralicio) se va aquilatando a la inmediatez del declive socio-económico (el "
diario" del capón, antiguo niño cantor).
Es sorprendente que el guión de Alberto Martín haya concitado todo ese trabajo musical y escénico aquí en Zamora para este proyecto de producción propia del Festival. Las notas al programa del propio A. Zapico expresan la enriquecedora experiencia que les supuso el proceso de gestación del concierto.
Memorable el trabajo bifronte de Xavier Sabata al perfilar el retrato en primera persona de aquel estamento de la sociedad, de los cantores infantiles, lleno de claroscuros. Con su voz la representación alcanzó un punto álgido cuando a la hermosa pieza "
Ego vir videns" de Vaquedano le siguió la espiritual "
Alva Hermosa" de Cassellas y ambas eran contrastadas con la operística "
Num vi cedo" de Porpora. Bravo, pues, al contratenor X. Sabata cuya personalidad interpretativa contagia luminosidad.
Encomiable, por su parte, el grupo de ministriles con esa ejecución impecable y diáfana de unas transcripciones escrupulosamente aquilatadas tanto al mensaje de la producción como al oficio de la época. Si Aarón Zapico domina ese oficio, su grupo
Forma Antiqva se muestra equilibrado en su concepción tímbrica y seguro en una ejecución llena de fuerza y precisión.
Plenamente acertada la puesta en escena, sobria en tramoya, innovadora en recursos, eficaz en su exteriorización del soliloquio de don Alonso. Enhorabuena a los repetidores Jesús Caramanzana,
Producciones Carrera, Francisco Iglesias y compañeros.
En resumen, loable proyecto de producción propia; loable guión como hilo conductor del montaje escénico-concertístico; loable ejecución en ambos retos: vocal/dramático e instrumental; loable puesta en escena, meced al consenso de cada equipo escénico implicado. Laurel de los vencedores al valiente gestor del Festival y su propuesta de aunar escena, música y rigor histórico con el amor al terruño.
El
Festival Pórtico de Zamora tiene el reto de mantener en alto el nivel alcanzado con la sorprendente producción que nos tenía reservada en esta sexta edición.