«La cultura en España está excesivamente politizada»
Entrevista a Aarón Zapico en Diaro Sur
13 julio 2013
Fundador y director de la compañía barroca Forma Antiqva, Aarón Zapico comenta de forma directa cómo ve el mundo de la música y lo que espera para el sábado, cuando dirigirá en el Cervantes la obra 'La Réjouissance'. Intenta simplificar conceptos musicales que considera demasiado «rimbombantes» mediante un acento que delata su procedencia asturiana, y aunque la mayor parte de su carrera docente y artística se encuentra en el norte, comenta que Andalucía tiene «varios referentes importantes en la música clásica».
-¿Corren buenos tiempos para la música en general y la tuya en particular?
-Para la nuestra sí. Todos los años hay una efervescencia de festivales, de grupos y de actividad en torno a la música antigua que yo creo que se vende muy bien; el público responde de forma satisfactoria hacia los conciertos. De momento estamos bien, la dificultad es mantenerse. Aun así, para la cultura en general no son buenos tiempos, eso es un secreto a voces.
-¿Se refiere a una crisis cultural nacional o internacional?
-Internacional. No tengo un abanico de datos sobre lo que pasa en el resto del mundo, pero sí que me llegan informaciones de amigos que están tocando, por ejemplo, en Países Bajos -que antes era potencia- y que ahora están sufriendo recortes. Aun así, la tijera fuera de España tiene criterio y orden, mientras que aquí se hace totalmente a lo loco.
-¿Es solo una cuestión de recortes o es un cambio de modelo de negocio?
-Yo creo, precisamente, que necesitamos un cambio de modelo, pero que también nos digan cuál es el plan. La cultura en España está excesivamente politizada.
-¿Politizada no quiere decir subvencionada?
-No, para nada. Creo que no cabe en la cabeza de nadie que en este país la cultura esté muy subvencionada. Cuando digo politizada me refiero a que uno no sabe qué será de tu grupo u orquesta una vez terminada una legislatura. El gasto público depende de los gustos del concejal, consejero o ministro de turno. Al final es siempre un paso para adelante y dos para atrás. La cultura y la educación deben estar por encima de la política, o mejor dicho, de los colores políticos.
-Entonces el cambio de modelo, ¿debe ir dirigido hacia uno menos politizado?
-Claro. Debemos caminar hacia una cultura basada en la coproducción, en el mecenazgo y en los patrocinios privados. El Ministerio de Cultura debería construir una autopista para que nosotros podamos acceder a un dinero que está ahí. Yo para dirigir a la Filarmónica de Málaga o para dar clase me exigen una preparación y una experiencia. Debemos exigir a los promotores y a los directores de cultura y programadores que tengan también una preparación, que tengan un conocimiento de lo que programan. En España hay demasiado ninguneo a los artistas nacionales.
-¿Cómo estáis encarando desde Forma Antiqva este cambio de modelo?
-Hemos tenido que aumentar el ritmo de trabajo para obtener menos resultados. Pero bueno, hay que seguir y seguir, si paramos y nos desenganchamos, es muy complicado volver a subir al tren.
-El programa que van a interpretar este sábado se llama La Réjouissance. ¿Pretenden apelar a la alegría a través de la música?
-Sí. Cuando me ofrecieron venir aquí, una de las peticiones era que se tocara 'Fuegos de Artificio'. Esta obra en sí es muy extensa y quedaba poco espacio para 'rellenar'. Entonces pensé que en el clima de nubarrones que tenemos a diario, de desazón y amargamiento, lo mejor era hacer un programa donde nos lo pasáramos bien nosotros y en el que la gente también disfrutara. Sin ningún tipo de preocupación o de excesivo rigor musicológico. En definitiva, es música para disfrutar.
-Si consiguiéramos que esta música sonara más, o incluso que se escuchara en las calles, ¿viviríamos menos deprimidos?
-Sin duda. La música clásica es una terapia muy buena. Lo que pasa es que estamos casi obligados a oír lo que cuatro multinacionales quieren, sin tener en cuenta el criterio.
-En su música surge el concepto de 'interpretación históricamente informada'. ¿A qué se refiere?
-Es algo que a priori suena muy rimbombante, pero tiene una explicación sencilla. Es intentar hacer que la música suene como se concibió en su momento. Pero no por un hecho arqueológico musical, sino porque suena mejor.
-¿No es un tema romántico entonces?
-No. El proceso que sigo yo con la interpretación históricamente informada no es un proceso de recración. No se trata de calcar de manera exacta, sino que es un proceso más creativo que tiene que ver con todo el uso de fuentes e instrucciones que han quedado escritas de cómo se tocaba entonces y utilizarlo en nuestro beneficio. Es un concepto más relacionado con el pop y el rock que con la música clásica. No voy a intentar desenpolvar la partitura, más que nada porque este tipo de piezas están bastante desnudas.
-¿Se trata por tanto de darle más importancia al intérprete?
-Exacto. En la evolución de la música durante los últimos 500 años, el intéprete ha ido perdiendo protagonismo real mientras ganaba en ego. Los escritores cada vez iban poniendo más y más instrucciones, y ahora la música contemporánea es el paradigma de las mismas. Se establece hasta los decibelios que debe alcanzar una nota. No te puedes salir ni un milímetro de la partitura.
-¿Por qué merece la pena el concierto de este sábado?
- Merece la pena por el trabajo que estamos realizando con la Filarmónica desde el martes. Son ensayos muy intensos y vamos a echar el resto. Lo que exijo a los músicos es pasión y honestidad.
Enlaces
http://www.diariosur.es/v/20130713/cultura/cultura-espana-esta-excesivamente-20130713.html