"Forma Antiqva" conmueve al público ovetense con una noche de música italiana

La agrupación asturiana protagoniza con éxito una nueva sesión de la "Primavera barroca" en el Auditorio de Oviedo, en la que brillaron los chelos.

El público esperaba con gran expectación el concierto que los asturianos "Forma Antiqva" ofrecieron ayer tarde en el Auditorio de Oviedo dentro de la actual temporada de la "Primavera barroca".

Año tras año consolidan su participación en el ciclo. La sala de cámara del Auditorio estaba llena al comienzo del concierto. El director de la agrupación, Aarón Zapico, que no participó en el concierto por su presencia como jurado en los premios "Princesa de Asturias", quiso agradecer al público su asistencia, su apoyo y su cariño por la agrupación asturiana.

Hizo énfasis en que se sienten como en casa al actuar en la capital y quiso agradecer al Centro Nacional de Difusión Musical y a Cosme Marina, programador del ciclo, la posibilidad de permitirles participar una edición más en este evento de música que se ha convertido en imprescindible para la vida musical asturiana.

Zapico también mencionó la celebración de los veinte años de "Forma Antiqva", en los que han ofrecido más de quinientos conciertos por todo el mundo, para decir que el de ayer era el cuarto concierto en el que no participaba el clavecinista. Ayer fue sustituido por Daniel Oyarzábal al órgano y al clave.

Sobre el concierto a punto de comenzar, introdujo Zapico algunas claves sobre la música italiana del siglo XVII y su forma de expresar los afectos. La describió como música doméstica e invitó al público a dejarse conmover.

Los dos chelos fueron los grandes protagonistas del concierto, interpretados por Ruth Verona y Elisa Soler, y que brillaron en varias obras en las que intervinieron como solistas, algunas de ellas, como la "Sonata para violonchelo solo y bajo continuo" de Domenico Gabrielli, "Villan di Spagna", de Kapsperger, en la que intervino Pablo Zapico a la guitarra barroca, y la "Recercada seconda", del español Diego Ortiz fueron las obras más aclamadas por el público que llenaba la sala.

Al término del concierto ofrecieron como propina la popular obra de Luigi Boccherini "Música nocturna por las calles de Madrid", interpretado por Aarón Zapico.